martes, 14 de noviembre de 2017

Sopa Dita


Sopa Dita


  Este verano, en San Petersburgo, me aficioné a este tipo de sopas con tantos tropezones que llevarse a la boca en cada cucharada. 
Estoy más acostumbrada a tomar caldos, sopas de fideos, de arroz...igual de reconfortantes y sabrosos, pero sin tantos trocitos de hortalizas y carnes que la convierten, casi casi, en plato único.

Pensé que, en cuanto viniera el frío, empezaba a experimentar con ellas. El frío ha tardado en llegar y aún no se ha instalado del todo pero ya se va notando, especialmente al amanecer y anochecer; y ya van apeteciendo las comidas de cuchara. Así que ya he hecho, y con mucho éxito, mi primer experimento sopero.


El nombre, Dita, lo he tomado de la protagonista del último libro que he leído. Esta misma mañana lo he terminado.

No me gustaría frivolizar con este tema... pero lo cierto es que, cuando estaba haciendo mi sopa, me he acordado de la sopa aguada hecha con peladuras y restos de alguna hortaliza podrida con la que, a parte de un trozo de pan seco, los nazis mantenían a los judíos recluidos en los campos de "concentración", como único alimento. 
Aún así, los prisioneros no veían el momento de que llegase la hora del reparto, rezando para encontrarse un trozo de zanahoria o una peladura en su escudilla para llevarse algo sólido al estómago. 
" En cuanto la comitiva de botas altas y varas largas se aleja, dos asistentes llegan cargados con la olla de la sopa del mediodía lista para servir en el barracón, y todo vuelve a la rutina habitual. Se desenfundan las escudillas abolladas y las cucharas torcidas, y los niños le piden a Dios que en su cazo caiga al menos un pedazo de zanahoria".

La sopa sale, como una obsesión, en varios capítulos del libro, para terminar en el último por echarla de menos cuando ya tan sólo les daban el mendrugo.
"La comida se ha convertido ya en una rareza. Apenas les dan unos pedazos de pan para pasar el día. Muy de tarde en tarde aparece un caldero de sopa"...


Dita, la bibliotecaria de Auschwitz, protagonista de esta novela basada en personajes y hechos históricos tuvo la "suerte" de poder contárselo al escritor, Antonio Iturbe. 
Dita salió del campo de exterminio de Auschwitz con vida en 1944. En 1945 fue liberada por las fuerzas aliadas del campo de Bergen-Belsen. Volvió a Praga dónde se caso con uno de los compañeros de penurias de Auschwitz, Otto Kraus. Formaron una familia que tuvo finalmente que emigrar a Israel huyendo del régimen comunista, donde se asentaron definitivamente, tampoco aquí acabarían sus penas...



Pero ahí está Dita, una viuda de  88 años, llena de energía, esforzándose para que lo vivido en Auschwith, que recogió su marido, Otto Kraus, en un libro con poca repercusión, The painted wall, llegue al mundo. Para ello ha abandona cada año, durante un mes, su país de acogida y ha vuelto a Praga, su ciudad natal. 


Por suerte y caminos del destino, el autor de La bibliotecaria de Auschwith dio con Dita y pudo contar su historia en 2012.

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Sopa Dita


Ingredientes

  • 1/2 cebolla
  • un trozo de blanco de puerro
  • 1 zanahoria
  • 1 rama de apio
  • 1 trozo de nabicol ( unos 100 gr)
  • 1 trozo de nabo ( unos 100 gr)
  • 1 chirivía
  • 1 tomate maduro
  • 1 patata de unos 180 gr
  • 1 muslo de pollo
  • 280 gr de ternera de guisar
  • 210 gr de costilla de ternera
  • 1 cucharadita de cominos
  • 1 cucharadita de pimentón de La Vera
  • 1 chorrito de aceite de oliva v. e
  • 130 gr de acelgas
  • 1´700 l. de agua
  • 1 cucharada rasa de sal 
  • (opcional ) un chorro de leche evaporada



Elaboración


  1. Ponemos la olla rápida en el fuego con un chorro de aceite. Añadimos la cebolla y el puerro picados ( no hace falta muy pequeño). Rehogamos con un poco de sal, a fuego moderado, hasta que comience a tomar color.


  2. Cortamos el apio, chirivía, nabicol, nabo y zanahoria. Lo añadimos a la olla y rehogamos un par de minutos.

 

  3. Rallamos y añadimos el tomate. Rehogamos hasta que se evapore el líquido. añadimos el pimentón y los cominos. Rehogamos para que se cocine el pimentón, sin que se queme porque amargaría.

 

  4. Chascamos las patatas ( introducimos el cuchillo pero acabamos de cortar sin el filo del cuchillo para que se rompan). Las añadimos junto con las acelgas.

 

  5. Quitamos la piel al pollo, introducimos toda la carne. Vertemos el agua. Llevamos a ebullición, desespumamos si fuera necesario, añadimos la sal y cerramos la olla.

 

  6. Cocemos 35 minutos en mi olla, tal vez otras sean más rápidas.

 

  7. Dejamos que baje la válvula de presión. Abrimos la olla y sacamos la carne. Pasamos la "minipimer" unos segundos de modo que no lo trituremos del todo (es más para que espese un poco que para que se convierta en crema). Agregamos la carne sin huesos y cortada pequeñita.

 

 

  8. Servimos bien caliente.





  La podemos suavizar con un chorrito de leche evaporada. Con o sin ella está riquísima!!!!!



2 comentarios:

  1. Desde hace tiempo sigo tu blog, leo tus recetas y, a veces, las intento hacer. Hasta ahora nunca te había escrito un comentario, y debería haberlo hecho, por lo menos para felicitarte por el trabajo que haces, con esas introducciones tan interesantes, el paso a paso de cada plato y el complemento de las fotos. Conviertes en fácil mi intento de cocinera aficionada. Y encima hoy me ha encantado que empezases con un libro, el cual narra una historia que deja huella, una novela imprescindible.
    Un abrazo

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    1. Vaya, no sé que decir con tanto halago!!!!! Muchísimas gracias. Es verdad, es una novela maravillosa, me la recomendaron este verano cuando visité Terezin, un lugar también muy recomendable para aprender de los errores del ser humano.

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