Páginas

martes, 30 de junio de 2015

Ensalada de pepino


Ensalada de pepino

  Comienza Julio y cerramos cocinas. Es lo que apetece y yo voy a tratar de hacerlo realidad!
No vamos a dejar de comer, claro que no, aunque apetece también menos. Lo que vamos a hacer es utilizar menos el fuego. Y que mejor que comer ensaladas para conseguir alimentarnos como es debido, lucir el bikini y recortar el tiempo en la cocina.

Esta ensalada de pepino, tan simple pero tan rica, ha sido fruto de un día de vuelta de vacaciones. Ese día en el que hay que volver a organizarse, deshacer maletas, lavar, tender y recoger toda la ropa con la que hemos estado presumiendo toda una semana. Aclimatarse de 11ºC que teníamos el lunes pasado en Bruselas a 33ºC que tenemos este lunes en Valencia. Sentir la nostalgia de que el viaje que con tantos meses y tanta alegría habíamos preparado, ya se ha realizado...
Ese día en el que al abrir la nevera te acuerdas de que los últimos días estuviste intentando acabar con todas las existencias y no tienes más que dos pepinos, un pimiento, un limonero en el jardín y, con suerte, algo a lo que acompañar en el congelador.

Te preguntas si con esto podemos preparar algo porque no tienes cuerpecito para salir a comprar. Vas a google pones "ensalada de pepino" y te sale esta realización, nada más y nada menos, que de mi amigo Arguiñano!:



Ingredientes

  • 2 pepinos
  • 1/2 pimiento rojo
  • 1-2 ajos
  • el zumo de medio limón
  • una cucharada de miel
  • 2-3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • sal

Elaboración

  1. Pelamos y cortamos el pepino en rodajas. Lo colocamos en el plato y le añadimos la sal.
Picamos el ajo y el pimiento y lo añadimos por encima.

 

  2. Mezclamos el zumo de limón con la miel y el aceite, emulsionamos un poco y aliñamos.



Servimos como acompañamiento de cualquier plato.





domingo, 21 de junio de 2015

Helado de vainilla


Helado de vainilla

Los españoles descubrieron la vainilla a principios del siglo XVI al conquistar el continente americano.  Todo hace pensar que el descubrimiento decisivo de la vainilla está relacionado con la llegada de los españoles a Tenochtitlan, el actual México, y con el encuentro, en 1519, de Hernán Cortés con el emperador azteca Moctezuma II, del cual Sahagún describe sus costumbres, y en particular el uso de la vainilla para aromatizar su chocolate.

La vainilla es un género de orquídeas con 110 especies distribuidas mundialmente en las regiones tropicales. La más conocida es la especie Vanilla planifolia que produce un fruto del que se obtiene un saborizante, la vainilla. Es una especia del continente americano. Los conquistadores españoles de México le pusieron ese nombre porque su fruto se parece a la vaina de una espada pero diminuta, similar a las judías verdes.
                                     Vainas de Vainilla verde y beneficiada.
                                                                                      Foto: Ariosto Uriel Hernández

Para obtener una especia realmente rica en aromas, el cultivo y la preparación de la vainilla necesitan largos y minuciosos cuidados. Eso hace que sea, en proporción al peso, uno de los productos agrícolas más caros del mundo. Se presenta en forma de palos negros y brillantes, comúnmente llamados "vainas" de vainilla.

La historia de la vainilla está asociada a la del chocolate. Su origen es mexicano. Los aztecas, y antes los mayas, enriquecían con vainilla una bebida espesa hecha a base de cacao. Esta bebida estaba destinada a los nobles y a los guerreros y era conocida con el nombre de xocoatl. Sin embargo, ni el cacao ni la vainilla los cultivaban ellos mismos debido a que el clima no era el adecuado. Estos pequeños lujos se conseguían a través del comercio con regiones vecinas.

Son los totonacas, que ocupaban las regiones costeras del golfo de México alrededor de las actuales ciudades de Veracruz y Papantla, quienes producían la vainilla y se la facilitaban al imperio azteca. Su capacidad productora y exportadora continuó hasta mediados del siglo XIX, momento en el que los cultivadores franceses en México aprendieron la forma de inseminar artificialmente las flores, a partir de los conocimientos del pueblo totonaca.

Según la leyenda totonaca, la planta de la vainilla nació de la sangre de la princesa Tzacopontziza («Estrella de la Mañana») en el lugar donde ella y el príncipe Zkatan-Oxga («Venado Joven»), que la había secuestrado por amor, fueron capturados y decapitados por los sacerdotes de Tonoacayohua, diosa de las cosechas. El príncipe se reencarnó en un vigoroso arbusto y la princesa se convirtió en una delicada liana de orquídea que abrazaba dulcemente a su amante.

                                                                                                                             Wikipedia

¿Sabes que la vainilla es un saborizante de la Coca-Cola,  la heladería y la chocolatería industrial como Nestlé?

Nosotros la utilizamos en elaboraciones culinarias caseras dando sabor a cremas, flanes, pasteles,  cócteles, helados...
La podemos utilizar añadiendo un poco de esencia o cocinando las vainas en el caldo de nuestras preparaciones. Se obtiene un aroma más intenso cortandolas a lo largo para liberar los diminutos granillos, de gran poder aromático y saborizante, que encierran las vainas.


Ingredientes

  • 300 gr de leche
  • 1 vaina de vainilla
  • 100 gr de azúcar (yo la tengo avainillada, meto vainas en un tarro con azúcar para aromatizarla)
  • 1 huevo y dos yemas( si te gusta más amarillo 4 yemas) ( también lo puedes hacer con dos huevos)
  • 300 gr de nata
  • 50 gr de azúcar invertido
  • (opcional una cucharadita de maizena y unas gotitas de aroma de vainilla)

Elaboración

  1. Ponemos la leche junto con la vaina cortada y raspada a calentar. No debe hervir pero casi llegar a ebullición. Apagamos el fuego y dejamos infusionar para que la vainilla deje todo el sabor en la leche, de 15 a 30 minutos.
 

 

  2. Batimos los huevos con el azúcar un poco y los mezclamos con la leche colada. (Debemos quitarle los trozos de vaina pero dejarle los granillos). Lo llevamos al fuego en un recipiente de fondo grueso sin dejar de remover con varillas, hasta que ligue un poquito. (Si fuera necesario le podemos poner una cucharadita de maizena disuelta en leche fría, aunque en este caso, con los dos huevo,s no ha hecho falta, ha ligado en cuanto se ha calentado)
 

 

 

  3. Inmediatamente le bajamos la temperatura volcándola en un bol que habremos puesto sobre agua con hielo.
 

  4. Montamos la nata y cuando este casi a punto le añadimos el azúcar invertido y acabamos de montar con cuidado de no pasarnos (haríamos mantequilla). Cuando la crema esté totalmente fría mezclamos con la nata con movimientos envolventes. Podemos añadirle unas gotitas ( yo le he puesto 10) de aroma de vainilla líquida.
 

 

  5. Mezclamos bien pero con mimo. Cubrimos con film y dejamos reposar 4 horas en la nevera.
  6. Sacamos la cubeta de la heladera del congelador, que habremos tenido al menos 24 horas enchufamos y ,cuando esté dando vueltas, introducimos la mezcla por la apertura de llenado. Tenemos mantencando 40 minutos.



                                   No te puedes imaginar como está el helado de vainilla!!!!!!!



Mi favorito!!!!!!!






viernes, 19 de junio de 2015

Crema de capuchino a la vainilla


Crema de capuchino a la vainilla

  Un rico postre de textura muy suave, como la de una mousse, con intenso sabor a café para sorprender a cualquier invitado a la hora de la sobremesa. 

Del libro Café y pastas de la editorial Blume.

Con las cantidades que te indico, yo he hecho aproximadamente la mitad de la receta  del libro, te salen 6 vasitos del tamaño de un café.


Ingredientes

  • 2 hojas de gelatina
  • 1 vaina de vainilla
  • 125 ml. de café
  • 2 yemas de huevo ( si haces el doble sólo lleva 3 yemas)
  • 40 gr de azúcar
  • 100 gr de nata montada para la crema
  • 100 gr de nata montada azucarada con 8 gr de azúcar glas para el copete
  • cacao en polvo para espolvorear


Elaboración

  1. Ponemos a remojo, 10 minutos, las hojas de gelatina en agua fría (es importante que el agua sea fría para que no nos desaparezcan).


  2. Abrimos la vainilla, sacamos los granitos y lo añadimos todo a los 125 ml de café. Lo llevamos al fuego o al microondas hasta que comience a hervir. Lo retiramos y colamos con un colador grueso para que se queden los granitos de la vainilla en el café.

 

  3. Batimos las yemas con el azúcar y le vamos incorporando, poco a poco y sin dejar de batir, el café para que no cuajen las yemas por efecto del calor. Continuamos batiendo hasta que la mezcla quede espumosa.


 

 

  4. Sacamos la gelatina del agua, la escurrimos bien y la incorporamos a la mezcla. Si se hubiera enfriado habría que calentarla, sin llegar a hervir (no debe hervirse porque la gelatina quedaría gomosa y la yema se cuajaría, es sólo darle calor para que se diluya bien la gelatina).
Una vez diluida debemos enfriarla rápidamente, para ello ponemos el bol sobre otro bol con agua fría sin dejar de remover la crema.


 

  5. Montamos los 200 ml. de  nata. La mitad la añadimos a la mezcla ya fría. La otra mitad la azucaramos y la reservamos.

 

 

  6. Rellenamos los vasitos dejando hueco para el copete. Dejamos enfriar en la nevera, al menos 3 horas.


  7. Decoramos con la nata montada azucarada y el caco en polvo.

 


Servimos ...



                                                                                               .... y nos hacen la ola!!!!!!!!!!